Introducción al Sistema Solar




El Sistema Solar es una de las materias más estudiadas en la historia de la humanidad.
Desde tiempos muy antiguos el hombre ha manifestado preocupación e interés por conocer su medio, y el Universo no está exento de esa curiosidad y afán de investigación.

Ya en el siglo III antes de Cristo Aristarco de Samos presentaba la teoría heliocéntrica del origen del Sistema Solar, la que perduró hasta el siglo II, cuando Tolomeo propondría su célebre Teoría Geocéntrica, la que sostenía que la Tierra era el centro del Universo. Debieron pasar un par de siglos, para que en el siglo XVI, Niocolás Copérnico propusiera nuevamente la teoría heliocéntrica, la que esta vez fue aceptada universalmente.

Desde entonces ha habido un gran interés por conocer en profundidad al Sistema Solar. Se han realizado todo tipo de investigaciones, de las que se desprenden grandes teorías, desde la Ley de la Gravitación Universal, hasta cálculos que indican que habría más de cien mil millones de estrellas en la Vía Láctea, galaxia a la que pertenece nuestro Sistema Solar. 

El Sistema Solar es un sistema planetario inmenso en la Vía Láctea, una galaxia espiral barrada. Este tipo de galaxias toman su nombre de la barra central que atraviesa su núcleo, y de cuyos extremos nacen los brazos de la espiral. El Sol se sitúa en uno de los brazos a las afueras de la galaxia llamada Brazo de Orión. Gracias a esta situación alejada del centro galáctico, podemos ver la senda blanquecina (formada por millones de estrellas) que marca el ecuador de la Vía Láctea en noches despejadas y con suficiente oscuridad ambiental.

La teoría más comúnmente aceptada respecto a la procedencia de nuestro Sistema es la de la nebulosa solar: una enorme masa de gas y polvo a altas temperaturas colapsaría por sí misma, por efecto de la gravitación, aumentando con ello la presión y la temperatura en su centro, hasta alcanzar las condiciones necesarias para la formación de una protoestrella. El movimiento giratorio adquirido como consecuencia de estas altas temperaturas daría lugar a un disco de acreación a la vez que originaría círculos concéntricos de material orbitante, que finalmente formarían los planetas. En el centro quedaría una estrella muy caliente (el Sol), y todo el conjunto rotaría por efecto de la inercia.




Cuando hablamos del Sistema Solar es inevitable pensar, en primer lugar, en la serie de planetas que orbitan alrededor de una estrella central, aunque la lista de los objetos que pertenecen al conjunto de esta maravilla, aun no ha terminado: satélites como nuestra Luna, los asteriodes que forman el cinturón entre las órbitas de Marte y Júpiter, los espectaculares comentas como el Halley, y los planetas enanos (a los que últimamente, desde 2006, pertenece Plutón) son parte de este sorprendente y desconocido mundo.

Se distinguen dos grupos de planetas, diferentes en cuanto a tamaño y características. En primer lugar, y comenzando por el más cercano al Sol, están los planetas de menor tamaño: Mercurio, Venus, la Tierra y Marte. Estos astros tienen superficies sólidas, por lo que se los denomina planetas rocosos, y están más cerca del Sol que del cinturón de asteriodes. Suelen brillar con la fuerza suficiente como para ser distinguidos a simple vista. Mercurio y Venus, por su parte, son los llamados planetas interiores, por estar más cerca del Sol que de la Tierra. Más allá de la órbita ocupada por cada uno de los asteroides, están los planetas gigantes gaseosos: Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno, según su proximidad al Sol.

Mercurio es el primero de los planetas por su proximidad al Sol. Su proximidad es tal que el planeta no supera nunca los 90 minutos en seguir al Sol bajo el horizonte, o en precederlo en el orto, por el este. Por estas especiales circunstancias muchos aficionados lo conocen como el huidizo. Hasta 6 pulgadas de apertura, no pasa de ser un pequeño punto de luz, pues su tamaño aparente oscila entre 4.5 y 11 segundos de arco, según su cercanía o lejanía a la Tierra. Como siempre, se observa muy cerca del horizonte, debido a las partículas de polvo en suspensión de la atmósfera terrestre. Finalmente, no posee satélite alguno.

El siguiente planeta, según nos alejamos del Sol es Venus. Se trata de un astro de brillo extraordinario, pues es el más notable de todo el cielo, solo superado por el Sol y la Luna, en ocasiones incluso se lo puede divisar de día, de allí su sobrenombre, lucero del alba. Sin embargo, su superficie no es visible desde la Tierra, al estar cubierto por una densa capa de nubes. Presenta también fases ya observadas por Galileo, y llega a ocupar un ángulo en el cielo superior al minuto de arco en su perigeo. En el año 2012 lo podremos volver a ver como un disco negruzco sobre el fondo solar. También carece de satélites. Hasta Pitágoras se creía se creía que se trataba de dos astros distintos, pues unas veces aparece por el este, al amanecer, y otras en el oeste, en el crepúsculo vespertino. 




Marte es el primero de los planetas que está más alejado del Sol, y es conocido como el planeta rojo. Visto al telescopio aparece como un marcado punto rojo  y se puede distinguir uno de los casquetes polares. Casi todo lo que sabemos de Marte se deben a las sondas que han orbitado al planeta, que han revelado la existencia de cráteres semejantes a la Luna. Posee dos satélites muy irregulares, cuaya probable peocedencia sea el cercano cinturón de asteriodes, del cual la fuerza gravitacional marciana debió capturar. Desde Marte se pueden observar los tránsitos de la Tierra por el disco solar. 


En los meses de junio y julio de este año la Tierra tendrá el encuentro más cercano cn Marte que culminará con el acercamiento más grande de la historia entre estos dos planetas. El encuentro culminará el 27 de agosto cuando Marte se acercará a la Tierra a una distancia de 34.649.589 millones de kilómetros. Además se lo podrá ver a simple vista del mismo tamaño que la Luna.., un espectáculo inolvidable y maravilloso para todos.


Heredero del Zeus griego, Júpiter era, en la mitología de la antigua Roma, el rey de todos los demás dioses. Júpiter es mucho mayor que los planetas precedentes, y bastante superior en tamaño a Saturno. Se trata de un planeta gigante y gaseoso. El diámetro de Júpiter es once veces mayor que el de la Tierra y su masa supera al doble de los de todos los demás planetas juntos, aunque no supera la milésima parte de la masa del Sol. Con un telescopio se pueden observar sus bandas horizontales y su gran mancha roja que en ocasiones desaparece debido a la rotación del planeta. Este planeta tiene cuatro satélites: Europa, Gamídene, Io y Calisto, este último descubierto  un día después que Io, aunque el total de satélites de Júpiter se eleva a 63.








El sexto planeta ordenado según su proximidad al Sol es Saturno, el señor de los anillos. Es el segundo mayor del Sistema Solar, superado únicamente por Júpiter . Brilla con magnitud visual. Su espectacular sistema de anillos, descubierto por Galileo es visible con telescopios de muy baja potencia, exceptuando cuando el Sol y la Tierra se sitúan en el mismo plano que los anillos. Los anillos se aprecian nítidos y claros, diferenciados del cuerpo del planeta . El número de satélites es bastante incierto, debido al gran número de objetos que orbitan alrededor de él, superior a 60. Entre todos ellos se destaca Titán, de 5150 kilómetros de diámetro, visible sin problemas con ayuda de un pequeño telescopio. Rhea, Dione y Tethys también superan los 1000 km de diámetro. Otros satélites naturales de Saturno son Enceladus y Mimas.


El séptimo planeta en la lista es Urano, el planeta esmeralda. Es el primer planeta descubierto en la era moderna. Previamente John Flamstead lo incluyó en su catálogo de estrellas como el número 32 en la constelación de Tauro, aunque fue William Herschel quien reveló su existencia en 1781, pensando que se trataba de un cometa. El planeta es un gigante gaseoso, con un sistema de anillos descubiertos muy recientemente (1977). Tiene una inclinación de 90º que podría haber sido causado por la colisión con un asteroide de grandes dimensiones. Titania y Oberón son los nombres de dos de sus 27 satélites.


Después del descubrimiento de Urano, durante el siglo XIX los astrónomos observaron discrepancias en las posiciones del planeta  con las predichas según su órbita. El astrónomo francés Leverrier y el inglés Adams trabajaron independientemente estudiando dichas perturbaciones y predijeron la presencia de otro planeta más allá de la órbita de Urano, cuya atracción gravitatoria causaba las anomalías. Galle, en Berlín, con los datos de Leverrier pudo, finalmente, encontrar a Neptuno en 1846. Desde la Tierra Neptuno se observa como un pequeño disco verdoso, provisto de tenues anillos , y visible únicamente con telescopio. De entre sus 13 satélites hay que destacar a Nereida y sobre todo a Tritón, un satélite volcánico que muestra cráteres, picos, largas fisuras y grietas, resultando un paisaje realmente espectacular. 


Finalmente, la XXVI Asamblea de la Unión Astronómica Internacional, en agosto de 2006, decidió redefinir el concepto de planeta y degradar con ello a Plutón, considerado hasta entonces el noveno planeta del Sistema Solar a la categoría de planeta enano. Las razones fueron dos: su tamaño mucho menor  y su órbita, con una inclinación de 17º con respecto a la Tierra, a lo que hay que añadir una excentricidad que lo hace invadir otras trayectorias más cercanas al Sol y que lo hacían diferente. 





Comentarios

Entradas populares