Energía Eólica

ENERGÍA EÓLICA








La energía del viento no produce emisiones contaminantes en el medio ambiente ni agrava el efecto invernadero, además de ser una fuente inagotable, por lo que se trata de una valiosa alternativa frente a los combustibles no renovables, como lo es, por ejemplo, el petróleo. Los expertos señalan que se trata de una tecnología consolidada, por lo que su potencial de desarrollo es el más alto para los próximos años.

Aunque hicieron falta muchos años de investigación y experimentación, la energía eólica es en la actualidad un sistema de obtención de energía asentado. Según la Agencia Internacional de Energía (AIE) alcanzará el 14% de la producción eléctrica europea en 2030 y supondrá el 60% del incremento total de la generación eléctrica entre 2006 y 2030.

Asimismo la AIE considera que la eólica será la energía que más se desarrollará en el mundo de aquí hasta 2050, si se quiere alcanzar un escenario de sostenibilidad (llamado escenario BLUE), que plantea la reducción de emisiones de gases deefecto invernadero a la mitad), estimándose que la potencia anual a instalar hasta 2050 se situará por encima de los 70.000 MW, de los que el 30% corresponderían a la eólica marina.

La energía eólica, por sus perspectivas de reducción de costes y del encarecimiento de los combustibles fósiles, es una de las opciones más económicas y con mayor potencial de desarrollo, por lo que esta energía podría ser muy útil a la hora de hacer frente a los retos que plantea el modelo energético en términos de seguridad energética y cambio climático.




El viento que sopla en los mares también puede utilizarse para la obtención de energía. De hecho, los expertos le auguran el futuro más prometedor dentro de la energía eólica, puesto que en el mar la fuerza del viento es más estable y permite la colocación de aerogeneradores más pequeños con una vida útil mayor. 

Según un informe de la Organización Ecologista Grrenpeace, la energía eólica marina podría proporcionar electricidad a todos los hogares europeos en 2020, una vez que se instalen 50.000 turbinas eólicas en los mares europeos, que permitirían además la creación de tres millones de empleos en toda Europa, el fortalecimiento del tejido industrial en zonas deprimidas, y, sobre todo, la obtención de electricidad más barata y limpia que el carbón y la energía nuclear.

Aunque el coste de instalación de los aerogeneradores en el mar es superior al de las zonas terrestres, el desarrollo de su tecnología está proporcionando un ahorro de costes que lo hacen cada vez más competitivo. 

Dinamarca es el país que inició la energía eólica marina, y en sus mares se encuentran en la actualidad los mayores parques de aerogeneradores, lo que permite cubrir el 50% del consumo eléctrico familiar danés. 




Aerogeneradores volantes con forma de dirigible, de cometa o de helicóptero, turbinas que levitan mediante magnetismo, rotores urbanos ultrasilenciosos y hasta solidarios, son algunos de las propuestas futuristas  para aprovechar la energía eólica, la renovable más consolidada de la actualidad.

La empresa estadounidense Sky WindPower propone el Flying Electric Generator (FEG), un sistema híbrido entre una cometa y un helicóptero. La estructura de este aerogenerador volante, en forma de hache, tiene cuatro rotores en sus extremos. La electricidad se transmite a través de unos cables de aluminio, y, cuando no hay viento, las dinamos del sistema funcionan como motores para mantener en el aire al aparato.

En Holanda, investigadores de la Universidad Tecnológica de Delft y la empresa Royal Dutch Shell and Nederlanse Gasuine están trabajando en un sistema de cometas con alas y timones. La idea sería desplegar un cable con varias de estas cometas, que además conduciría la energía. Sus responsables aseguran que su construcción resultaría más sencilla y económica que las turbinas convencionales, aunque reconocen que el mayor desafío supone su control.

Un sistema que combina las propiedades de los anteriores es el propuesto por la empresa Selsam. Considerado invento del siglo por la revista Popular Science, pretende aprovechar el viento de alta mar mediante unas turbinas volantes ligeras atadas a un cable flexible, que iría sujeto a una boya y se elevaría gracias a un dirigible. Sus autores afirman que de esta manera sus turbinas producirían seis veces más electricidad que un modelo convencional similar en tamaño.

 Por su parte, diversas empresas trabajan en prototipos que puedan instalarse en los propios centros urbanos. La compañía británica Quiet Revolution dispone de unas turbinas verticales de triple hélice helicoidal. Su tamaño y diseño aprovecha mejor el viento en todas sus direcciones y con apenas ruido, de manera que puede instalarse en torres y/o en edificios.






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