Las Pleyades

LAS PLEYADES








Los cúmulos abiertos son grupos de decenas, cientos o miles de estrellas originadas en la misma nube de gas. Muchas veces el gas ha desaparecido parcial o totalmente, debido a la radiación emitida por las estrellas más brillantes y su aspecto es de un salpicón irregular de puntitos luminosos, sin estructura y en general asimñetricos.

Las estrellas que albergan suelen ser jóvenes (unos cientos de millones de años, si las comparamos con los 4.000 millones de años de nuestro Sol), masivas y muy calientes. Están esparcidas, en tamaño de orden en treintenas de años luz, y lentamente se van dispersando por el efecto de marea producido por el centro de la Vía Láctea, de manera que al paso del tiempo, las estrellas que lo forman se irán mezclando con el resto de la galaxia. Los cúmulos abiertos se conocen también con el nombre de cúmulos galácticos.

Tauro es una constelación del Zodíaco ideado por los antiguos babilonios, cuyo nombre en latín, (Taurus), significa, naturalmente, toro. Destaca en el cielo del invierno boreal, entre Aries al oeste, y Gemini, al este, su antecesora y sucesora en el Zodíaco, respectivamente.


La estrella principal de esta constelación es Aldebarán, una gigante rojo-anaranjada, que es la decimotercera más brillante en todo el cielo nocturno.El Nath (o Beta Tauri) es una gigante blanco-azulada. En esta constelación son famosas, además de las Pléyades, la Nebulosa del Cangrejo y las Hyades, otro cúmulo  abierto en la misma línea visyal que Aldebarán, aunque esta estrella no forma parte del cúmulo, ya que se encuentra a medio camino.


Las Pléyades o Pleiades (Paloma en griego), es un objeto visible, sin ayuda óptica, situado en un costado de la Constelación de Taruro. Recibe también la denominación de Messier 45 o M45, pues Charles Messier las incluyó con esta numeración en su Catálogo de objetos molestos, en 1769. Otros nombres que han recibido de la tradición popular son Las Siete Hermanas o Las Siete Cabrillas.






Se trata de un grupo de estrellas, un total aproximado de 500, muy jóvenes (unos 100 millones de años), que se encuentran a unos 400 años luz de distancia aproximadamente. El cúmulo tiene unos 12 años luz de diámetro, y ocupa en el cielo un ángulo de unos 110minutos de arco, lo que equivale a casi cuatro veces la luna llena, con la que protagoniza frecuentes conjunciones, así como con el resto de planetas del Sistema Solar, debido a que se encuentra a tan solo 5º de la elíptica (que describen la Luna y los demás planetas en su órbita). Esta circunstancia produce bellísimos efectos de aproximación entre los astros. 

Las estrellas más brillantes del cúmulo son de color blanco azuladas, y tienen un tamaño equivalente a cinco veces el Sol. Las principales estrellas son: Alcyone, Atlas, Electra, Maia, Merope, Taygeta, Pleione, Celaeno, Tau 18, Asterope I y Asterope II. 

El cúmulo está envuelto por una nebulosa que se hace más patente en las proximidades de las estrellas más luminosas y alcanza su máxima prominencia envolviendo a Merope, circunstancias que tendrá importantes consecuencias en el ámbito mitológico alrededor de este bellísimo cúmulo . Las estrellas del cúmulo se separan paulatinamente, y se calcula que dentro de 250 millones de años no existirán como tal, separándose y convirtiéndose en estrellas individuales o múltiples.

Las Pléyades son mencionadas en el Mahábharata, la Ilíada y la Odisea de Homero, y por tres veces en la Biblia. Constituyen la base del calendario Maya, para cuya tradición se trata de 400 guerreros cuyas almas fueron puestas en el cielo, tras ser muertas por Zipacna el soberbio.

Para la tradición clásica helenística, las Pléyades son las siete hijas de Atlas y Pleione, hermanas entre otras de Hyades, que tras ser perseguida durante años por el gigante Orión, pidieron ayuda a Zeus, quien las convirtió en palomas, tras lo cual se posaron sobre el lomo del Toro (Constelación de Tauro), que se constituye así en guardián de las hermanas. Mérope, avergonzada tras ser violada por el gigante se esconde tras su propia nebulosa. 






Comentarios

  1. Una maravilla mirar al firmamento, espectáculo que nos perdemos los urbanitas a causa de la polución lumínica.
    Besos

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  2. Observar el firmamento de noche ha sido (y lo sigue siendo) una de las actividades que más disfruto. La polución lumínica ha entorpecido, lamentablemente, bastante este maravilloso espectáculo natural
    Besos

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